ID Saga Runaveig - Compositora Clase S

Saga Runaveig

Compositora Clase S

This is my...

Saga desciende de una larga línea familiar de abogados y médicos, entre ellos, varios muy prestigiosos en sus respectivas ramas.  Siendo la menor de tres hermanos y la única niña de entre ellos no fue muy raro que tuviera un trato más delicado  hacia su persona por parte de quienes le rodeaban, afortunadamente la crianza dentro de la familia y un afecto fraternal verdadero no volvía la excepción a sus hermanos.

La familia siempre había sido de tradiciones  muy arraigadas y difícilmente quebrantables, aunque tampoco se había visto antes que alguien quisiese ir en contra de la corriente.

Uno de esos tantas tradiciones familiares, era la de ingresar a los hijos en la misma escuela religiosa de la que habían provenido sus padres, y los padres de estos antes de ellos. La generación de Saga no fue la excepción. La menor demostró siempre ser solícita a los deseos de sus padres, sin embargo resultó impermeable a absorber muchos dogmas y se dedicó a tomar sólo lo que creyó útil y a cumplir exclusivamente con el resto pues nadie en su familia había dado ninguna decepción antes, era un expediente tan puro y no pretendía ser la excepción.

Si bien Saga no disfrutaba la visión y misión de los colegios a los que asistió, si disfrutaba y con creces las imprescindibles lecciones de música y canto que explotó con profundo gusto que mantuvo en secreto, pues todos esperaban que siguiera por la misma línea que el resto de la familia, sus hermanos por ejemplo, ya estaban tomando eso en serio y pronto comenzarían sus estudios especializados.

Pero cada vez que ella lo pensaba… sentía una profunda desazón. Como si fuese a cumplir la peor de las condenas cuando su turno llegara.

Y mientras ese día llegaba, Saga destacó no sólo por su excelente desempeño académico y comportamiento, sino también por su privilegiada voz y los dedos de oro cuando la ponían al violín. Muchas veces fue protagonista de los recitales en fechas especiales, gustó siempre de ir a tocar para los niños más necesitados y hacerlos sonreír. Quizá esa era de las otras pocas cosas que le gustaba de la institución, su posibilidad para ayudar, aunque cuestionaba muchos de los preceptos religiosos gracias a que había adoptado algunos conocimientos sobre justicia, complementándolos con su criterio.

Fue a partir de los doce años que se acercó más a los miembros del coro, buscando toda clase de apoyo que la ayudara a mejorar sus bondades cantando y tocando, pero ahora ansiaba conocer más y pronto comenzó coleccionar libros de composición y arreglo musical. Todos los días después de clases, se quedaba hasta muy tarde practicando.

Sin desearlo, sus esfuerzos le remuneraron con una pizca de reconocimiento y posible fama que no esperaba; gracias a los eventos de caridad y recitales de la institución, Saga fue elegida para componer un jingle para una campaña navideña, obra que por supuesto realizó bajo un seudónimo para mantener su secreto a salvo.

Aquello aunque era con un fin noble pero furtivo, pues lo realizaba a  hurtadillas de su familia, también le costó caro un buen día.

Saga había salido más tarde de lo usual de sus prácticas vespertinas tras lograr entregar la composición para el jingle y antes de poder abandonar la institución, fue abordada por un empleado de  un hombre que intentó abusar sexualmente de ella a sus quince años. Afortunadamente aquello no se concretó del todo, el hombre fue descubierto en pleno acto y sometido, pero,  había suministrado una sustancia a Saga que la envió al hospital de emergencia, dejando como secuela un severo daño en las cuerdas vocales.

Fue atendida a tiempo, recuperaría su voz eventualmente… pero no podría volver a cantar.

Entonces, fue momento de explicar la verdad a sus padres y al resto de la familia, sin olvidar las declaraciones rendidas para apresar al sujeto. En el proceso, encontró la oportunidad para implorar a sus familiares que le permitieran seguir en el camino de la música, pues eso era lo que en verdad añoraba, no le importaba si no podía volver a cantar, componer música y tocar el violín sería suficiente para ella.

Vistas las circunstancias y analizando el ahínco que Saga explicaba al contar qué es lo que había hecho los últimos años, sus padres y el resto de la familia aceptó.

De esa manera, se marchó con su hermano mayor a Japón quien aprovecharía de continuar sus estudios de medicina en ese país mientras Saga rendiría el examen para ingresar a la Academia Saotome dos años más tarde.

Psicológica

Descripción

PB de Personaje

Violette / Reine des fleurs