[ID] Johann Belmont — [Idol]

Algo cercano a cumplir un sueño, dejar al descubierto su enorme fascinación por el refresco de aquella renombrada empresa, ignorando por completo la maníaca y acosadora manera en la que Shining lograba informarse de todo, le estaba brindando en bandeja de plata algo que se imaginaba disfrutar en demasía, sin embargo no duró tanto en su nube, ¿qué no era un comercial de Coca-Cola?, ya era demasiado tarde para darse cuenta de ello, pues al ignorar las demás indicaciones, era de esperarse que se sorprendiera por el logo de ese nuevo sabor de soda que invadía casi la totalidad del estudio.

Alguien debía decirles que Johann odiaba otro tipo de refrescos, sin importarle que vengan de la misma empresa de su dulce  Coca-Cola, sin embargo estaba ahí para cumplir un trabajo y aunque su personalidad diga lo contrario, el inglés era bastante responsable.

Pero le estaba saliendo mediocre la escena, sobreactuada y al ser una persona honesta consigo mismo, el director no creyó que las muecas de asco por parte del inglés se hicieran tan notables, ¿qué esperan de un chico tan quisquilloso por sus gustos?

No se había imaginado que promocionar un producto fuera tan difícil, era muy distinto a hacerlo con electrodomésticos o ropa, ya que no se arriesgaba a ingerir algo que le provocaba algo similar a las nauseas...sin mentir.


Dictaminó el directo fingiendo apreciar el esmero que mostraba el inglés, sin embargo ni bien lo tuvo cerca le negó observarlo a los ojos y le advirtió que luego del último intento rechazarían a Johann como el modelo, por ''falta de motivación'', ''notable desgano'', '''no era lo que se esperaba'' entre otras cosas que no hicieron más  que herirle el orgullo, ni olvidar el remate de ''Aseguro que no ser hijo de Elizabeth difícilmente entraría en esa agencia, los trabajadores de Shining ya no tienen el mismo peso de antes...que decepción''.

Chocarse con un hombre así de egocéntrico y en exceso altanero, hizo que lo maldijera entre regañadientes  y atajarse en más de una oportunidad de callarlo con un buen derechazo. Vaya que era consiente de todo lo que caería sobre su persona si se cumpliera ese capricho, se aguantó las ganas y mediante un impulso volvió al escenario, sin importarle mucho lo que el director opinara, ordenó que lo enfocaran que ya tenía en mente como hacerle callar el hocico.

Bebió la susodicha soda como si se tratase de agua cristalina y dedicó la mejor sonrisa, digna de cualquier propaganda de pasta dental.

—No tienen idea de lo bien que sabe esto... —concluyó su guión, aunque estuviese por vomitar entre sus pensamientos, estaba dando una actuación sublime, pareciera tan natural.

—¡Dime que lo tienes!—exclamó el director.

—Todo grabado, jefe—afirmó el camarógrafo principal.

—Perfecto, Johann, perfe...—no acabo su línea pues el inglés no demoro demasiado en moverse hasta el baño y lavarse lo dientes, le urgía sacarse ese desagradable sabor de su boca.

Ahora solo espera haber cumplido con el cometido de Shining.