[ID] Kaien Ace — [Maestro]

Prensa. Proyecto largo. Paparazzis.

Su frente se arrugó con gracia al escuchar las palabras de Saotome-san más un lento suspiro escapó de sus labios, pero, si ya había soportado el acoso de la prensa desde su juventud, ¿Qué más daba? ¡Él era el mejor! o así se consideraba, una sonrisa de satisfacción se dibujó fugaz en sus labios. Era evidente que ante un proyecto de tal envergadura se debía mantener el secreto.Pese a no aceptarlo con alegría -quería saber con quienes compartiría escena por ejemplo- no por ello sería menos cortés, por decirlo así.

Ya era de noche cuando fue recibido con el reto, había tenido una larga jornada ese día. A las siete de la mañana ya estaba en medio de una sesión fotográfica, con destino a una línea de diseño masculina. Cuarenta y dos equipos diferentes, 33 posturas. Solo él y dos modelos. Al ser enfocado por el objetivo ofrecería una sonrisa envidiable, pero eran los rasgos tranquilos de su rostro lo que llamaba siempre la atención. Sus ojos levemente rasgados y de azul violeta, la elegancia de años conociendo su cuerpo lo suficiente para saber cuales eran las mejores poses "naturales" en escena.

Después tendría una jornada de promoción comercial y autógrafos. Era en esos momentos compartiendo con las fans que su razón se hacia presente de forma contundente; estaba ahí, se acababa de sentar pesadamente en una silla con cientos de chicas y chicos demandando una firma o una fotografía, con toda su persona exudando un magnetismo tal que el sólo hecho de estar cerca recordaba que nada era demasiado con tal de estar allí para él. Incluso si los guardias parecían negarse a dar una oportunidad de acercarse demasiado. Pero el encanto se rompió cuando, después de haber estado compartiendo con los fans y la prensa fue llevado a su coche hacia un rascacielos en el centro de la capital.

Donde ahora se encontraba.

Meditando en ello colocó las punta de sus dedos en el panel de cristal, observando el escenario en la planta del edificio. Había llegado poco antes de las nueve de la noche, sin embargo y pese a la hora, parecía que ni la prensa, y ni las jóvenes se irían pronto de allá abajo. ¡Ja! cuanto habría querido estar en un lugar tranquilo, tomar un café o un té. Pero estaba ahí, tras soportar una mañana pesada en modelaje, firmando autógrafos, en la promoción de un comercial. Con un creciente dolor de cabeza que comenzaba a calmarse, ya que al ser de noche y estar tan en lo alto de un rascacielos, el ánimo ahora era tranquilo y no portaba esa alegría eterna que lo había dejado tan agotado.

Sonrió de lado, escuchando con detenimiento el reto, al mismo tiempo que sus ojos se entrecerraban y aflojaba el nudo en su corbata.

Posteriormente su atención se centró en la bandeja cercana que revelaba poseer aquel alimento tan preciado para sí, un tazón de fresas. Una de sus cejas se enarcó ante la muestra, considerando en silencio las posibilidades de la presión ante un gran proyecto que no podía rechazar. Inclinó su rostro antes de dirigir una sonrisa extensa en dirección de su anfitrión, tomando entre la punta de sus dedos el manjar con un movimiento elegante, y lo depositó después sobre sus labios consumiendo el fruto con sagrada lentitud.

Dio algunos pasos para tomar asiento en un sillón. Una vez que limpió sus labios con la lengua, giró el rostro en dirección a su interlocutor.

—Me parece perfecto. Y si yo llegase a faltar en cualquier aspecto, estarán en su derecho de finiquitar nuestra relación laboral, ¿entendido? —Si bien odiaba el acoso de la prensa y la inconstancia, adoraba los retos, y al momento que se le dijo la dificultad de tal proyecto sabía que lo aceptaría en favor de su competitividad—. Yo, el gran Kaien Ace, haré oro cualquier guión que se me presente, y además, alegraré a la prensa sin revelar el secreto de este proyecto.... ¿Sería mucho pedir un vaso de agua mineral?

Y así comenzó su pesadillas...

A veces pensaba que tenía instintos suicidas.

Esconder un secreto de la prensa no era algo sencillo, por esto no podía descuidarse en lo más mínimo. Fue una larga temporada extraña, donde se sintió estar creando un papel sobre otro papel. Dobles, uso de pelucas, maquillaje y lentillas, cambios de horarios... Intentar mantener un bajo perfil pero a su vez no tan bajo, cumplir diferentes contratos comerciales y mostrar siempre una gran cordialidad...A algunas periodistas no se les escapaba ciertos detalles extraños y preguntaban de forma ingeniosa ante las cámaras varias veces, entonces admitió que... habían capturado su corazón... lo que no era una mentira, sólo que la prensa lo desvió sobre el plano amoroso.

Durante una de esas semanas las grabaciones habían continuado hasta terminar de grabar alguna de las escenas sobre el encuentro del protagonista y la protagonista, tras un accidente en un concierto. Tomó asiento en la silla plegadiza que rezaba su nombre y secó el sudor con una pequeña toalla de manos color azul -su color favorito-. Dio un sorbo a su botella de agua mineral, mientras sus ojos bajaban a una zona de su cuerpo, un raspón evidente en una de sus costillas lo había provocado una tabla astillada y decidió que no era algo grave...lo que era grave era su vestuario. Detestaba la manera en que la camisa estaba estrategicamente rota y deshilachada ¿Había necesidad? Al fin las mujeres son las más sexistas.

Estaba a punto de bromear con ello cuando el móvil sonó.

La chica del vestuario suspiró cuando lo vio tomar el aparato, sin embargo, le hizo una seña a ella asegurándole que no había escapado del todo.

—Hi-chan...—saludó pausado a su primer ex-agente y viejo amigo— Justo cuando creí que este era el peor día, tengo noticias tuyas.

Era más o menos cierto... Estaba maquillado con tonos negruzcos y grasosos; la tierra y algo de purpurina se había adherido al sudor de su piel...

No se trataba que le disgustara la grabación, lo que en realidad sucedía es que su co-estrella no paraba de rozarle "ahí" cada vez que podía, durante la escena de la "salvación" en el accidente...y simplemente quiso asesinar al actor más novato de la producción, por hacerlos repetir las escenas más de lo que debían.

Resopló y pensó en que pronto el día terminaría... o algo así...

Al director no le convenció el beso final... y comenzaron de nuevo. Así que su coestrella se presionaba más a su cuerpo en el suelo.

Esa actriz es una perra, la próxima la empujaré... pensó indignado.

¡Me sentí violado!

¡aish! ¡que molestia!

Por la tarde, cuando finalizó el rodaje, llegó exhausto al hogar donde se hospedaba... pero feliz de estar técnicamente solo. Se vistió del modo que solo hacía cuando estaba seguro de su soledad, -en una vieja musculosa blanca y uno cómodo vaquero gastado-, preparó la sala de video con la compañía incondicional de snacks salados y cerveza. Dos buenas peliculas. Apagó las luces y se tiró en un gran sofá abrazado a un almohadon. Adoraba mirar comedias y clásicos infantiles tras largos periodos de trabajo, antes de ello usó su twitter "Noche de peliculas" fue suficiente para que las fans estuviesen contentas.

—Una promesa cumplida amerita reconocimiento...

Finalizado