ID Hekaterine Bertram - Maestra Idol

Hekaterine Bertram

Maestra, Idol

This is my...

Descendiente de una familia poderosa, cuya fortuna se magnificó con el matrimonio de sus padres lo cual marcó un hito en el estilo de vida que los Bertram habían llevado hasta entonces. Y que cambió aún más con su nacimiento.

Su madre, un hermoso fragmento de Grecia, seducido por su padre para llevarlo a su tierra, la gris y galante Inglaterra; donde Hekaterine nació años más tarde. Hija única, de una familia adinerada, es una ecuación sencilla de resolver.  Toda la fortuna tuvo un valor genuino cuando la pareja se convirtió en padres, pues fueron capaces de darle a Hekaterine —y ellos mismos darse el privilegio— algo más que todo lo material que la pequeña podría llegar a desear: su presencia y afecto. Algo con lo que muchos otros niños en su estrato social, sólo alcanzaban a anhelar.

Rodeada de comodidades, lujo y amor, aquellos tres tenían la vida resuelta, su única obligación era vivirla.

Con esa filosofía los años más tiernos y de infancia para Hekaterine  transcurrieron bajo el brillo en el que sus padres le cobijaban, un brillo que no pasaba desapercibido para aquellos que les rodeaban y conocían.

Fue cuestión de tiempo que Hekaterine  se acercara al mundo de las luces ambarinas y el terciopelo rojo. La ópera, los conciertos de filarmónica y el ballet entre otros, pronto se convirtieron en parte de la agenda y el momento que la menor esperaba con más ansias; pues Hekaterine solo había sido deslumbrada por el brillo de los escenarios, sino de lo que sucedía en él y que lograba hacer tan felices a sus padres. Y si eso era capaz de encantar a personas como ellos —que consideraba, encantaban a los demás —; entonces, ella también quería hacer lo mismo.

A nadie sorprendió la felicidad de los Bertram cuando Hekaterine hizo manifiesto de sus deseos por educarse en las artes escénicas. Si bien ella era una persona mimada, nada refutaba que tenía cierta inteligencia en sus caprichos pues nada era desperdiciado en sus jóvenes manos  y eso no fue la excepción.

Muy a pesar de las nulas obligaciones de Hekaterine, esta no logró eludir a la educación de una escuela; a su formación académica se añadieron las clases especializadas. Fue cuando los primeros brotes de su personalidad salieron a la luz, la menor no decantaba por las cosas sencillas a pesar de tener una vida resuelta; Hekaterine elegía las disciplinas más complicadas y más exigentes.

El ballet fue una de ellas, a sus ocho años  demostró  gracia y cadencia sobre las zapatillas de satén, pero con el tiempo quedó asentado como un pasatiempo que tomaba muy en serio.

La verdadera vocación de Hekaterine conoció la luz cuando sus manos tocaron las cuerdas de un arpa por primera vez; sus padres creyeron no poder estar más felices. Tal como había sucedido con el ballet, a la par tomó los votos del arpa, dedicando sus días a su práctica y estudio demostrando ser prodigio imposible de ignorar.

Con el pasar de los años, se convertiría en la protagonista de las fiestas que la familia ofrecía, los amigos de la familia y socios financieros se dejaban encantar por la música que salía de su arpa. Fue entonces cuando Hekaterine descubrió otro nivel de gusto por la atención —como si no fuera suficiente toda la que ya recibía de por sí—. Y conoció entonces el gusto por el control, pues por unos minutos, mientras duraba su interpretación, todo espectador: era suyo.

Pero sin duda de entre todos ellos los más valiosos, fueron sus padres.

Pronto el rumor de su talento se regó por el círculo social con la velocidad y discreción que le caracterizaba, más tarde no sólo protagonizaba las fiestas de la familia, sino también las de otras como invitada especial.

La ya de por sí generosa fama que tenía por su apellido, se acrecentó con sus modestos recitales; a nadie sorprendió que un día llegara una propuesta profesional en el medio. Empero, para una chica de doce años que lo tenía todo, negarse era un privilegio que podía darse.

Pero fueron sino sus padres los responsables de que ella aceptara. Y no por razones frívolas. En ese entonces Hekaterine conoció el motivo detrás del gusto de sus padres por las artes escénicas.

A través del arte, los espectadores son transportados a un plano que solo el artista puede crear para ellos y eso era un don de unos pocos, a pesar de los muchos en el medio. Uno que ella tenía, que se complementa sólo con verdadera pasión en todas sus facetas y la sensibilidad del artista, quien lo comparte con sus espectadores en la única manera que puede.

Hekaterine poseía ese don y sus padres eran sus más grandes espectadores.

Finalmente aceptó y con ello marcaría el inicio de una brillante y exitosa carrera. Siguió con su educación académica por una parte, mientras por otra se convirtió en parte de conciertos de cámara y  de orquestas tanto en conciertos como en grabaciones de bandas sonoras.  Pero su ascendente carrera dio un giro, con el hallazgo de que era poseedora de una voz que la extrajo de los conjuntos para convertirse en solista.

Su carrera como músico se convirtió en situacional, tras haber conquistado escenarios tan exigentes como el de su círculo social ya tenía práctica para subir a un escenario ella y su voz.

Cuando menos lo imagino ya se encontraba inmersa en ese mundo de luces, flashes, fans y todo lo que eso involucraba. Su relación con las cámaras era ya natural  y a sus quince años fue llamada para incursionar en el mundo de la actuación, cimentando su imagen como ídolo. Al mismo tiempo, compartió el escenario con el que sería su primer amor —después de su padre, claro —, a pesar de estar en pleno ascenso en su carrera, se prendó tanto de aquel que incluso consideró cortar de tajo su carrera, por él.

Por fortuna eso nunca sucedió y nunca se arrepintió de ello.

Hekaterine creía muchas cosas, tenía una extraña afinidad por lo inexplicable y siempre demostró tendencias oscuras. Pero no creía en la suerte, mucho menos el destino o el karma.

Pero la vida, de encargó de hacerle pensar que había pagado por algo.  Paralelo a ello tuvo la sospecha de que no era directamente culpable por lo que había pagado.

Durante una de las fiestas de sociedad a las que habían sido invitados, el vehículo que los transportaba fue interceptado y los tres fueron secuestrados. Sus secuestradores nunca pidieron un rescate, lo que sintió en aquellas horas fatales nunca lo olvidaría. No solo el dolor que experimento en el cuerpo sino lo que permanece en su alma.

Hekaterine fue la única rescatada con vida de un incidente donde todos le dieron por muerta con una seguridad abrumadora. Gracias a la condición en que quedó no fue capaz de asistir al funeral de sus padres, cuando recuperó el conocimiento ya todos los rituales habían pasado y junto con sus padres quedó enterrada la persona que ella había sido hasta entonces.

Su convalecencia le ayudó para ponderar su porvenir. Y mientas eso sucedía el apellido de la familia se cubrió en sombras, hechos inexplicables comenzaron a suceder alrededor de ella y su círculo social. Hechos tan inexplicables como la muerte de sus padres, claro.

Lejos de las cámaras, la posible naturaleza detrás de esos hechos quedó en meras especulaciones en los medios y fue momento de valorar que iba a hacer con su carrera.

Entonces supo que si antes había considerado dejar todo aquello, ahora era impensable. Explotó los siniestros y oscuros rumores alrededor de ella y los volvió suyos, tomo las riendas de la compañía en sus manos y comenzó a cimentar su carrera como solista con nuevas bases. Su regreso a los escenarios fue mejor de lo que esperaba y volvió con más fuerza en su música y escondiendo un mensaje en cada canción. Un mensaje que nadie sabe exactamente a quién dirige.

Era su turno de brillar, sola. Dejó de lado la música clásica, abandonó la vida como la conocía y se marchó a oriente donde su fama le abrió las puertas. Para entonces se había trasformado en una luna blanca y espeluznante brillando en la oscuridad del cielo entre las estrellas, dándose a conocerse por el matiz poderoso pero oscuro que adornaba sus letras, valiéndole el sobrenombre de “The phantom queen” aunado a los rumores alrededor y posteriores a su secuestro. Terminó de consolidarse como ídolo de gótico  en Japón y al cabo de unos años  decidió tomar un nuevo reto. Transmitir y forjar.

Se encomendó en manos de la firma Shining para ese cometido y transmitir el legado que sus padres le habían dejado, como maestra en la Academia Saotome.

Psicológica

Descripción

PB de Personaje

Pandora / SSTLC